La una de la madrugada, recién llegado a casa. No soy capaz ni de beber un poco de agua, ¡Que maravilla de cena!Me acuesto y sólo me vienen a la cabeza las esquisiteces, de las cuales me hinché.
Suena el despertador a las siete y me levanto intentando actuar automáticamente como todas las mañanas. Lo primero es calentar un poco de leche en el microondas, pero ahí se ha roto el automatismo. Me he sentido incapaz de seguir con el protocolo al pensar en que debía de beber algo.
Así pues,con el estómago vacío, nos hemos marchado Marisol y yo a Naarrillos de San Leonardo para participar en la "Carrera de las tres leguas castellanas del Camino de Santiago". Este pueblo apenas dista 4 km.de Ávila. En Naarrillos empieza, pero acaba en Gotarrendura, 17,2 km. adentrándose en La Moraña abulense.
Suena el despertador a las siete y me levanto intentando actuar automáticamente como todas las mañanas. Lo primero es calentar un poco de leche en el microondas, pero ahí se ha roto el automatismo. Me he sentido incapaz de seguir con el protocolo al pensar en que debía de beber algo.
Así pues,con el estómago vacío, nos hemos marchado Marisol y yo a Naarrillos de San Leonardo para participar en la "Carrera de las tres leguas castellanas del Camino de Santiago". Este pueblo apenas dista 4 km.de Ávila. En Naarrillos empieza, pero acaba en Gotarrendura, 17,2 km. adentrándose en La Moraña abulense.
Hemos llegado tarde, la carrera empezaba a la 10 y eran menos veinte cuando hemos salido del coche, sólo he tenido tiempo de quitarme el chandal y acercarme a la linea de salida, saludando apresuradamente a mis amigos abulenses.
Hasta primeras horas de la mañana, me dicen que ha estado lloviendo aunque lucía el sol plenamente. La carrera ha transcurrido por caminos, a veces muy cómodos, otras con piedras, estrechos, con yerba crecida..., en fin, terreno variable. Pero los últimos 6 km. eran de camino agrícola, a veces muy blando por la lluvia; desde el que se divisaba al fondo el pueblo de Gotarrendura, pero que no llegaba nunca. Las llanuras son así...
La primera parte de la carrera era un tanto accidentada con subidas y bajadas más o menos suaves. Mi máquina interiorse ha quejado muy amargamante de los alardes culinarios de la noche anterior y he estado a punto de diseminar muestrasvarias por esos caminos. Aunque al final he logrado contenerme.
La primera parte de la carrera era un tanto accidentada con subidas y bajadas más o menos suaves. Mi máquina interiorse ha quejado muy amargamante de los alardes culinarios de la noche anterior y he estado a punto de diseminar muestrasvarias por esos caminos. Aunque al final he logrado contenerme.
Finalmente todo llega y la meta también, en un tiempo de 1:14:28, que dicho sea de paso, me ha parecido muy buen tiempo para la dureza del recorrido. De hecho me han dado una copa por ser el 2º veterano B de la prueba. Eso me ha hecho feliz como una perdiz.Bebida, fruta, una ducha y patatas revolconas, típicas de Ávila, me han dejado como nuevo.
Para mis amigos dejo unas fotos (AQUÍ) que ha hecho Marisol, mi reportera particular.Esta vez ha sido el club de atletismo Ecosport de Ávila el que ha dado más color a la carrera, guardando paralelismo con el club Maratón de Guadalajara en muchas de las carreras locales en las que participamos.
En definitiva, un buen día de carrera en el que hemos acabado tomando unas cervezas y luego comiendo juntos Paco, Encarna, primos, amigos, Marisol y yo.