domingo, 22 de abril de 2012

Maratón Madrid 2012



El sábado ha sido un poco complicado, con luces y sombras. La sombra ha sido la rotura del rail de un cajón del mueblecito del salón. ¡Todo el salón lleno de bolitas!. La familia entera buscando bolitas debajo del mueble, debajo del sofá, en cualquier rincón bolitas ocultas desafiando a ser encontradas.
¿Y mi mala leche?. Pues bien, en ebullición. Logramos todas las bolitas y me dije: Podré montar el rail con sus bolitas de nuevo.
Cojo el destornillador, un martillito y me pongo a ello. Un intento, dos, ¡Uy, casi lo consigo, sólo se han quedado dos bolitas fuera. Otro intento más y lo conseguí: se salieron de nuevo todas la bolitas y a buscar de nuevo...
Quien guarda halla y me encontré una guía completita y nueva que sobró cuando nos motaron el mueblecito dichoso.¡Solucionado!

En fin, sólo eran las 23:45 y aún tenía a medias de organizar mi ajuar de la maratón de Madrid.
¡Qué dolor de cabeza se me puso! Tanto es así que quizás haya podido dormir tres horas. ¡Buena preparación! ¿Verdad?

Me levanto a las 6:30 y no digo me despierto, no, digo me levanto, con un dolor de cabeza brutal por cada una de las bolitas.

Me voy con tiempo de sobra a la salida para dejar mi bolsa y... ¡Coño! ¿Dónde estás los camiones de recogida?.

Quince minutos de subida y otros tantos de bajada para dejar la puñetera bolsa en la llegada.
Me he puesto otra vez de mala leche. Mira que pasarme esto cuando iba tan bien de tiempo. Pero bueno he hecho un pequeño ejercicio mental y me he relajado algo.
He llegado dos minutos antes de que dieran la salida y sin hacer pipí ni haberme colocado algo adelantado han dado la salida.
Sólo he tardado 5 minutos en pasar por la línea de salida. ¡Qué le vamos ha hacer!, pero no todo es malo. a los quince minutos de echar a correr se me ha pasado el dolor de cabeza. Haciendo slalom entre los corredores he ido recuperando posiciones, pero a costa de un desgaste importante.

El desarrollo de la carrera ha ido siempre a mejor. He aumentado la velocidad conforme pasaban los km.y reconozco que hasta el 35 he ido bien de sensaciones y viviendo uno de los maratones de Madrid con más ambiente. Claro, que a partir del 35 a todo quisqui nos toca sufrir un poquito. Seguro que a los keniatas también.

Cuando he llegado al retiro he visto por fin a Marisol y me ha hecho la foto que antes no pudo. ¡Qué ilusa! en cuanto pasaban los de 3:15 se cambiaba de ubicación porque pensaba que yo ya había pasado y no me había visto.¡Gracias por tu confianza en mi!


Al final he parado mi reloj en 3:24:29, que a pesar de las bolitas del salón y el dolor de cabeza no está nada mal.

¡¡Prueba conseguida!!
Pues sí, ya estoy pensando en la próxima...

Marisol cada día hace las fotos mejor. ¡Vedlas aquí!