Los del grupo Pasapán se lo pasan pipa.
¿Cómo?
Pues muy sencillo, se reunen, se van de marcha por ejemplo a las hoces de río Duratón y charlan de lo divino y de lo humano.
El 10 de Octubre, sin ir más lejos, quedamos en Sebulcor; aproximadamente a 5km de las hoces. Una vez que dejamos los coches al lado de la caseta de control e información del parque, elegimos caminar río arriba, hacia Sepúlveda. Pronto vimos los primeros buitres practicando parapente de forma muy segura, que yo sepa aún no han tenido una plegada de alas que se hayan ido al suelo, aunque, eso sí, se chocan con cables de alta tensión.
En los paredones de la hoz anidan lejos del alcance de sus depredadores y desde ahí se lanzan y nos entusiasman con sus vuelos tan elegantes, sencillos y eficientes. Mientras nos vigilan desde las alturas nosotros observamos a su vez los majuelos, endrinos, setas, culebras, cangrejos y toda la gama de especies que abigarran ese entorno.
Esta vez durante la excursión hubo un tema de conversación favorito: el reciente viaje a Marruecos, del que aún queda mucho por hablar y muchas fotos por compartir. ¡El próximo sábado será!
Al cabo de dos horas de marcha, o quizá algo más, decidimos comer sentados en unos troncos que parecían estar puestos por el ayuntamiento, por lo menos el que yo elegí. Tras el descanso volvimos sobre nuestros pasos hasta los coches y nos dirigimos a la ermita de san Frutos desde donde se contempla una de las vistas más espectaculares del río. La ermita es una construcción románica de siglo XII que se realizó sobre otra visigótica del siglo VII. La fundación se atribuye a San Frutos (642 - 715) y sus dos hermanos.
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